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domingo, 22 de marzo de 2009

Por ti

Cuando me paro a pensar y soy consciente de mi propia suerte, esa sonrisa últimanente permamente en mi cara aflora, y toda la frustración que en ese momento pensé que me vencería se esfuma rápidamente sin dejar más huella que un amago de ceño fruncido. Irónica la vida, y también el destino. Nunca creí en los ideales, pese a ser idealista en otros aspectos, el amor era algo en lo que no depositaba mi fe ni mis esperanzas . Acostumbrada a oírlo nombrar entre la gente de mi alrededor, para los jóvenes es un descubrimiento apasionante, llaman amor a las aventuras de verano y a las dos citas con beso incluido, llaman amor a un nombre entre corazones en un nick de msn. Y dolor a ser conscientes de que una historia sin punto de partida finalizó antes inlcuso de empezar. Para los adultos, sin embargo es el inicio de la formación de su vida familiar, el nombre que le dan a su estabilidad emocional, aunque sientan sus primeros efectos lejanos. Para mí, tan independiente y compleja, era algo que distaba mucho de estar entre mis planes, siempre pensé que las relaciones superficiales con cierto grado de cariño y que pudiese finalizar cuando me diese la gana eran lo mío. Pero entonces llegó él.

Mi semejante y a la vez mi opuesto. Tan sociable de puertas hacia fuera, tan solitario e independiente de puertas hacia dentro como lo soy yo. Cercano y entreñable, leal hasta el final con la gente que le importa, rebelde y agresivo con la gente que hiere su dignidad o su orgullo, o la de alguien cercano. Así es él, admiro su inteligencia y su madurez, así como su cabeza fría para reaccionar ante la adversidad, facultad que además me encantaría aprender. Él le aporta practicidad a mi idealismo, realismo a mi espiritualidad y fortaleza a mis momentos de debilidad, me complementa y a la vez es tan parecido a mí...me parece increíble haber dado tan " casualmente" con la persona que ha cambiado mi vida de esta manera,antes no añoraba esta sensación, porque nunca la había sentido, pero ahora sé con certeza que, si él me faltara perdería una parte muy importante de mí ser, irremplazable y me sumiría en una tristeza oscura y dolorosa. Parte de mi fortaleza flaquería si esto se viniese abajo. No sé, sinceramente, me miro al espejo y me pregunto qué puede haber encontrado él en mí que le convenza de que vale la pena estar conmigo y volcarse de la manera en la que él lo hace, pero supongo que debe de ser algo que resulta invisible ante los ojos de todos los demás. Y me alegra saberlo, pues tengo la certeza de que muy pocas personas me conocen de la manera en la que él lo hace, o tienen su pasmosa y desconcertante facilidad para hacerme reír y olvidar mis tonterías. En definitiva...le debo muchísimo a ese alma libre y revolucionaria que me ha enseñado a caminar sin miedo por el camino incierto pero maravillosamente excitante de la vida.



Cora.

jueves, 19 de marzo de 2009

Al límite de la verdad

Daniella de Icelli recorría los pasillos del magnífico y suntuoso palacio austriaco aparentemente errante y sin rumbo. Sus ademanes gráciles y cadenciosos parecían ingenuos y espontáneos , pero no lo eran. En ella hacía tiempo que muchas cosas dejaron de ser espontáneas. Desde que le arrebataron su infancia, la desvalorizaron y utilizaron para trapicheos ocultos con el fin de llenarse los bolsillos aquella parte de candidez había sido arrancada de ella durante su adolescencia y de forma prematura y espantosamente forzada . Recordó que madre solía decirle que el mundo pertenecía a los valientes, a aquellos que tenían la fortaleza necesaria para aguardar al amanecer y no desesperaban, sino que prevalecían mientras éste llegaba

.Su madre fue mujer de principios dignos e ideales irrealizables. También a ella le arrancaron un retazo de su alma, de su vitalidad, que no llegaría a recuperar. Claro que ella, ciñéndose a sus propios principios no había caído , sino que había resurgido de las cenizas en que la sepultaron con una nueva premeditación, una nueva frialdad que empañaría eternamente todos sus antiguos propósitos y esperanzas, toda su utopía languideció para siempre, cuando también a ella le arrebataron el derecho a ser libre, a reír, a llorar. La habían privado de una parte importante de su humanidad que parecía ahora irrecuperable y contemplaba sus viejos deseos de libertad desde el vaho que empaña los recuerdos. Pero aunque cambiada y hierática, tan distinta de cómo Daniella la recordaba , al menos había aprendido a sobrevivir. Su filosofía se había invertido, ya que no era capaz de cambiar el mundo, cambió ella para adaptarse a aquella espiral de codicia, triunfos y reyes enaltecidos sobre el trono de otros a los que derrumbaron para lograr su objetivo. Elizabeth perdió su vida, su propia felicidad se escapó de sus manos como arena , ahogada por el mar de horrores que había vivido, mas su dignidad permanecía intrínseca e inquebrantable.
Danielle también se había visto obligada a simular, a colocarse una máscara de hipocresía y apariencia cuando se movía entre peones sociales, pero ella no había renunciado a su libertad, nunca lo haría, no cometería el mismo error que le había costado a su madre las ganas de ser feliz Le parecía que el mundo de toda esa gente de título noble , de los poderosos, tan complejo y dogmático, tan contaminado por el deseo de poder y tan alejado de la humanidad y los valores morales permanecía estático y subyugante , y no había nada en él que pudiera llenarla. Suspiró con cansancio y resignación. No era la primera vez que se le ocurría embarcarse en una aventura , abandonar todo cuanto conocía y poseía y empezar una vida nueva con una nueva identidad, como persona incógnita y sin nombre, pero libre. Pero no era ingenua. Si algo había aprendido es que no es tan fácil salir de un círculo que va estrechándose cada vez más hasta el punto de cercarte, de ahogarte. Por más que quisiera sus ideales no conseguirían librarla de la red donde se hallaba atrapada. Y la idea de quedar retenida en aquel mundo tan aparentemente magnánimo y tan realmente miserable le producía tanta angustia y repulsión como tristeza.
Mientras cavilaba, penetró en la capilla del palacio, donde hombres y mujeres de la nobleza, realeza y cortesanos se movían como sombras, hablaban y gesticulaban con la grandilocuencia del que ruega interiormente ser escuchado para vanagloriarse y envanecerse con las fastuosidades y la falsa autosatisfacción de su clase social o de sus privilegios como cortesanos. Danielle , que criada y sometida a la fuerza a aquel mundo engañoso y fatuo no lo amaba en absoluto, los contemplaba divertida, bajo su abanico de plumas escondía una sonrisa irónica y amarga y un pensamiento de lástima para aquellos seres víctimas de sus propia vanidad , pero su mirada provista de aquellas largas pestañas y esos párpados levemente caídos dedicaban una mirada cortés y encantadora a todo aquel que la saludaba con una inclinación de cabeza o extendía su mano en un ademán de besar la suya .
No muy lejos de ella, el cardenal Karl , que se encontraba de espaldas frente el altar, conversaba tranquilamente con una pareja de nobles. Con las manos recogidas a la altura de la cintura y el rosario entre ellas, escuchaba y asentía con la cabeza de vez en cuando , con gesto pensativo . Cuando la pareja se retiró con una leve inclinación de cabeza, Karl se volvió hacia Danielle. De repente en su gesto pasó de la seriedad y la inexpresión a la ternura, se pasó una mano por el pelo canoso y sacudió la cabeza con pesar, como si intentara desprenderse de la tristeza que su anterior conversación le había dejado. En su rostro cansado apareció una sonrisa cálida cuando se acercó con pasos lentos a la bella mujer que lo observaba semioculta tras un pilar con una divertida sonrisa y una mirada cómplice y jubilosa.
-Su excelencia-Daniella inclinó la cabeza ante él en un ademán grandilocuente y ligeramente socarrón.
-No es usted la que ha de guardarme esa clase de respeto, querida-El hombre aceptó el desafío con diversión .
- Hay que cumplir con el reglamento, querido , nuestra amistosa y cercana relación no debe perturbar a “ los de arriba” , recuerde que ostenta usted un puesto importante dentro de esta jerarquía.-el tono de ella, aunque continuaba sonando indulgente y despreocupado, estaba velado de un veneno contenido , pero a él no le sorprendió, pues a pesar de la ostentación de su cargo eclesiástico, no era para él ningún secreto la repugnancia que Daniella profería a la iglesia católica, así como a la política absolutista.
-Dejemos los votos a un lado, ¿ no te parece?-Kurt , que tan bien la conocía, sabía cuando firmar una tregua y darle un descanso al tema social que cayese en manos de aquella rebelde con causa.-Vayamos a dar un paseo por los jardines, tengo mucho que contarte-propuso con una extenuante sonrisa, sus ojos azules mostraron sincero interés ante las perspectiva.
Danielle cedió con una sonrisa condescendiente, dejándose aplacar.
Kurt la condujo por la puerta trasera al suntuoso jardín del palacio, una vez lejos de miradas indiscretas, la tomó del brazo y pasearon compartiendo confidencias como hace tanto tiempo…que parecieron transportarlos a ambos a un tiempo lejano, casi irreal, cuando la paz predominaba a salvo de intrigas y traiciones.





Es otra historiia que escribí hace tiempo, dentro de pcoo vendré con algún artículo o que actualice Raúl que supongo q estará liado;)
SaluDos!


CoRa.

domingo, 15 de marzo de 2009

Soluciones??

Obstáculos que te superan y que te hacen derrumbarte. Personas que dicen querer protegerte que te coartan por " tu bien" y en cambio otras prefieren la solución rápida. Todos tratan de ayudarme, pero la que está ahora mismo entre la espada y la pared y se siente absolutamente desprotegida y vulnerable soy yo. Cuando no sabes en quien confiar porque las soluciones de unos te parecen extremas , las de otros pasivas y ni siquiera tú sabes valorar cuán grave es tu problema...¿ cómo reaccionas...?


Cora.

domingo, 8 de marzo de 2009

una historia;)

Muy wenas! despúes de tanto tiempo hoy actualizo con un fragmento de historia que escribí a finales de este verano, el caso es que ahí dejé la historia pero puede que algún día la continúe;):


Caminaba apurada, con premura, algo parecido a un grave presentimiento la asaltaba constantemente , como si tuviera la sensación de que alguien la perseguía. Ni siquiera se había detenido a estudiar la cara de aquel hombre pasado de copas que la había observado desde la puerta de un antro, de aspecto adusto y mirada osada que la había asustado soltándole algún improperio en su lengua natal extranjera con los dientes sucios , la voz quebraba y el aliento oliendo a tabaco negro y a alcohol.
Como posiblemente había visto en ella un pasatiempo más excitante que el alcohol y la compañía de mujeres “ instruidas en la calle ,había dado unos pasos en su dirección , pero por fortuna, su precario equilibrio a causa de su batalla etílica le había impedido avanzar mucho. Aún así, Carolina había echado a andar deprisa, tratando de alejarse lo máximo posible no exactamente de él, si no de otro peligro que la acechaba y que tenía la sensación de que podía avasallarla en cualquier momento.

Casi sin aliento al doblar la esquina, se arrebujó en su oscura gabardina , bien para protegerse del frío, bien para disimular su presencia y pasar inadvertida ante su perseguidor. Bajo sus zapatos, los charcos estallaban y la empapaban con gotas gélidas que la calaban hasta los huesos. Exhaló un suspiro de agotamiento a causa de la carrera, y sólo después de asegurar que nadie iba tras ella, se detuvo junto al escaparate de una tienda humedecido de vaho y ,apoyando la espalda sobre el cristal, se encendió un cigarrillo y se lo llevó a los labios, todavía con el instinto de supervivencia palpitando en ella henchido de urgencia y un alocado ritmo en los latidos acuciantes de su corazón.

Mientras protegía el mechero del viento con la mano dirigió una mirada ansiosa a su alrededor. Se relajó al no atisbar rastro del hombre borracho ni de aquello que la hostigaba todo el tiempo, pero no obstante permaneció cautelosa y en tensión, como un animal acorralado que presiente el peligro y se prepara para enfrentarlo. Permaneció allí durante un tiempo indefinido, tiritando y disparando miradas inquietas a su alrededor; se preguntaba como no siendo una persona miedosa o asustadiza , de repente tenía la impresión de estar en medio de una pesadilla. Sacudió la cabeza, en un intento desesperado de olvidar y se rió de sí misma.
- "Vamos, vamos , te estás volviendo paranoica" se dijo; pero lo cierto es que ese pensamiento no le infundió valor.
Súbitamente, el cartel que prendía sobre o su cabeza, y que anunciaba la tienda , una basta tabla de madera sostenida por dos cadenas que rezaba” anticuario”, con grandes letras doradas , chirrió zarandeado por el viento. La puerta se entreabrió y de ella surgió el rostro de un pintoresco anciano de rostro apergaminado y mirada astuta y sagaz.
-¿Desea algo? –preguntó amablemente el hombre. Tenía una voz curiosa, sonaba aguda e inquisitiva.
Carolina , que había dado un respingo se había entonces percatado de su situación y sintiéndose algo violenta y absurdamente ignorante trató de dar una excusa plausible que explicase su presencia prolongada cuando estaba claro que lo que la había llevado a refugiarse allí no era el interés por las antigüedades.
-Por favor, discúlpeme, sólo estaba…encendiéndome un cigarro-Se encogió de hombros simulando un ademán de despreocupación y alzó la mano en la que seguía prendida su cigarro, lo dejó caer y se apresuró a pisarlo para apagarlo-Luego atendía a una llamada importante y se me fue el santo al cielo-de sus labios salió una sonrisa casi forzada, urgente.
-Oh, no se preocupe-el hombre hizo un gesto de displicencia con la mano, como quitándole hierro al asunto, aunque su mirada escrutadora e intensa indicaba que no creía ninguna de sus palabras.-Pero si quiere un consejo, no debería caminar sola por estas calles en un día como éste, los peligros que pueden acecharla son tan inminentes que hasta mis viejos trastos los presienten-El hombre le dedicó una sonrisa desconcertante, ya que lejos de parecer amenazadora o perversa,resultaba extrañamente indulgente, como si estuviese advirtiéndole a una niña las consecuencias que puede tener un acto de desobediencia inofensivo, como salir ligero de ropa una noche de invierno o soltar la mano de su madre en una calle atestada de gente.
-Gracias por el consejo y por su amabilidad, señor-Carolina, cada vez más desconcertada y temerosa, se esforzaba por no parecerlo y su voz sonó gélida y casi altiva, más que cortés.
-No se preocupe y si alguna vez desea darle un toque clásico o exótico a su casa…no dude en pasar por aquí.-La despidió con otra encantadora e incomprensible sonrisa. Alzó la mirada hacia el cielo lluvioso y con voz profética anunció:
-Qué los ángeles velen por ti, muchacha, ya que hoy vas a necesitarlo. Y , tras estas ilógicas palabras, cerró la puerta , interponiendo su cristal preñado de niebla entre su rostro y el de Carolina.
-Hasta pronto, señor-pudo murmurar ella ante una indiferente puerta sobre la que colgaba el cartel de “ cerrado”.





...y con esto me despido, un saludo a todos!
hoy se cumplen tres meses desde que iluminas mis momentos oscuros, y espero que así se vayan sucediendo muchos más, te quiero!(L)
Un besazo, Raúl!;)
Saludos, gente!



Cora.

jueves, 5 de marzo de 2009

Always with me, Always with you!

Wenas!! Meto esta entrada para actualizar esto un poco, que ultimamente con los examenes y tal, no esque me falte tiempo, pero ando bastante estresado, y Cora supongo que tambien :)

Quiero dejaros con este video que subí el lunes :) Espero que os guste, y tranquilos, dentro de poco volveremos a coger el ritmo de subir entradas :D

http://www.youtube.com/watch?v=fSH1Vlr6iAc


Saludos! /Rayn!